Segunda Compañía de Bomberos de Curacautín

Era el mediodía del domingo y7 recien pasado, cuando los tonos de 10-8 nos alertaban a salir a esas emergencias «No clasificadas» que generalmente se transforman en un rescate animal. Se despachó R2 por una vaca en el lecho del río Cautín. El sector, pasado Ñanco, metido en el valle del cautín ingresando a la cordillera, entre bosques y cerros nos condujo hasta un paraje de belleza infinita, en el medio de una ladera con pendiente de unos 25 grados, un «mallín» o terreno pantanoso de dos hectáreas o un poco mas y en medio del mallín  una Vaca en un pozo poco profundo.

Llegar hasta el animal fue una odisea, enterrándonos en las zonas pantanosas, la tripulación de la R2 mas los baqueanos de la zona y el Capitán de la 2da de Lonquimay que providencialmente se encontraba de visita en el lugar, cargábamos ferretería, cuerdas y eslingas para ayudar al malogrado animal, que yacía en medio de ese paraje solo con su cabeza a la vista… y hundiéndose.

Un tecle del propietario del animal fue la herramienta clave, que anclada a un árbol y en un conjunto de maniobras (desde las ancas, desde el «cogote», con un arnés improvisado de eslingas, etc) nos permitió recuperar al animal desde donde estaba y ponerla en pié, ahora el desafío era sacarla desde el centro del pantano hasta la orilla… 200 metros mas allá!!!

En medio de una lluvia de ideas, la ganadora fue construir un trineo con un cuero curtido que tenía un baqueano, acostar la vaca sobre este, y a la distancia, en tierra firme, una yunta de bueyes tiraría el improvisado trineo con baca y todo… y bueno, al rato y mientras nuestro conductor «manejaba» esta vez una pareja de bueyes, a grito pelado por los cerros curacautinenses, la vaca, cual Superman a ras de piso, se deslizaba rauda y veloz a terreno seguro.

Sin duda el rescate animal del año para nuestra Compañía! La vaca sin complicaciones, luego de unos minutos ya comenzaba a amamantar a su ternero hambriento,