Voluntarios con los diferentes uniformes de la cia.
Es un dia un tanto calido en Curacautin, donde la brisa cordillerana se pasea por todos los rincones de la comuna. Este dia, tambien, es uno de esos dias donde se ven a los bomberos por todas partes, caminando cuadra tras cuadra con un par de talonarios de rifa. Si, es esa epoca de la temporada donde hombres y mujeres dedican horas para poder vender los famosos numeritos. Golpean una puerta y les abre una anciana, que con voz dulce les invita a pasar. Ella, a pesar de su condicion humilde, les compra unos talones de rifa, anadiendo: «Es un honor poder ayudarle con lo poco que tengo… se cuan esforzados son y cuanto necesitan de esta ayuda». Con el pecho hinchado, los voluntarios siguen su caminar, golpeando mas puertas per no con mucha suerte. Muchas veces escuchan ruidos en el interior y susurros que dicen: «No abras… son los bomberos y sus famosas rifas…» o «Ya andan molestando con sus rifas…». Con la moral un tanto baja, los voluntarios retornan al cuartel con el sabor agridulce de la jornada.
Le es familiar esta historia? por supuesto, es una dramatizacion de lo que a veces nos toca vivir en las calles cuando le preguntamos si puede cooperar comprando un numero de rifa. Bomberos no cuenta con un presupuesto estelar, solo subvenciones que son distribuidas con las cinco companias que tiene la comuna (3 urbanas y 2 rurales). Los dineros recaudados de las rifas ayudan a palear deficits, combustible, equipamiento y otros que son de necesidad para las companias.
No es nuestro trabajo cobrarle por lo que hacemos, ni tampoco hacerle sentir mal por no cooperar; simplemente le estamos pidiendo una pequena ayuda para poder seguir funcionando y para poder prestarle el mejor servicio posible. Si quiere ayudarnos, abrale la puerta a nuestros voluntarios y voluntarias y comprele un numero de rifa. Desde ya, gracias.
* Patricio Aravena es editor del sitio rescatetecnico.cl y secretario de RR. PP de la compania. Esta es una opinion del autor y no representa necesariamente el pensamiento de la Segunda Compania de Bomberos o del Cuerpo de Bomberos de Curacautin.